Tuesday, August 30, 2005

El transporte divino

Antiayer: tengo carro. Soy Dios.

Entre semana: 6:20 a.m. Me levanto, me baño, me visto, desayuno, tiendo mi cama. Agarro las cosas de la U, las meto al carro, me voy tranquilo.

Llego a abrir el super de mi mamá faltando 5 para las siete. Cinco minutos antes de tiempo. Los clientes que esperan afuera para comprar su desayuno me miran con cara de admiración. Gracias a mí llegarán temprano al trabajo. Soy Dios.

Manejo por la calle. Miro a los viles mortales que corren con maletas, bultos, niños y bolsas con pollo desesperados porque vieron el bus a la distancia. Corren para no perderlo. Para que no los dejen. Corren, corren... y cuando llegan a la puerta del bus se les cierra en la cara y arrancan. Llegarán tarde al trabajo o a la escuela, tendrán un mal día. Y yo me río. Tengo carro. Soy Dios.

Ayer: un despiche mecánico me quita mi transporte divino más allá de toda esperanza. Está en el taller. La reparación no podré pagarla. Tendré que venderlo. :(

Hoy: Lo vendí ayer. Es día entre semana. 5:50 a.m. Me levanto, me baño, me visto, preparo un sandwich relámpago en la cocina. No tiendo mi cama; ¡no hay tiempo! Agarro las cosas de la U que tengo a la vista, dejando atrás un montón de cosas esenciales para el día. La prisa no me permite volver atrás a cogerlas, no hay tiempo. Salgo despichado de mi casa, mientras me como el sandwich relámpago y me termino de poner la faja. Corro la cuesta hasta arriba. Me va a dejar el bus! A 50 metros de la parada lo veo. Corro para alcanzarlo. Me cierra la puerta en la cara y me abandona. Soy basura.

Llego a abrir el super de mi mamá a las 7:20. Muchos de los clientes que esperaban afuera se fueron. Los que quedan me miran con cara de repulsión. Por mi culpa llegarán tarde al trabajo hoy. Soy un gusano asqueroso que hay que destruir.

Ando por la calle. Corro con bultos, impresiones gigantes y caja de películas que debo dejar en casa de mi novia, desesperado porque otra vez vi el bus a la distancia y corro para no perderlo nuevamente. Lo pierdo. Llegaré tarde a la U. Tendré un mal día. Alguien pasa a mi lado y me mira, vil mortal como soy. Él se ríe. Tiene carro. Es Dios.

:(


Mi extinto transporte celestial.

Monday, August 22, 2005

Vida digital


PC: Personal Computer. Máxima herramienta de socialización actual.

Foros, blogs y chats.

Espacios en la red diseñados para crear interactuaciones entre personas con una pantalla de por medio.

Perfectos lugares para hacerse pasar por otras personas, para buscar sexo según algunos vírgenes, para gastar bromas a los que buscan sexo, o para ser por un rato lo que uno quiere realmente ser.

Un gordo loser coleccionista de cartas de Magic se convierte mágicamente por espacio de unas horas en un exitoso y atractivo médico cirujano.

Una mujer horrible entra a una sala de chat para que todos los hombres se le echen encima.

Un patético alfeñique flaco, sordo, jorobado y cabezón, se convierte en un click en una rubia azul para ser el centro de atención de las tres personas que leen su patético blog.

El otro día pasé un rato chateando con un dentista, conocido en el mundo virtual como Neuralgia. Piojito. El vendedor de enciclopedias. A.K.A Daniel Cifuentes.

Me doy cuenta que tenemos bastantes cosas en común. Me preocupo. Me doy cuenta de que no tenemos problemas para hablar de nada. Ni siquiera de arroz Tío Pelón. Me asusto. Me doy cuenta de que me divierte chatear con él. El fin del mundo se acerca.

Por otro lado, en el mundo real, la cantidad de veces que nos hemos visto se reducen a sólo dos: saludo, intercambio de par de frases idiotas y bromas de rigor, alejamiento, y cada uno en su rincón tomando cerveza, atendiendo sus propios asuntos. El terror de conversar cara a cara me inhibe. El resto de la noche pretendo que piojito no existe.

Este no es un caso único.

Tengo un amiguito que tiene un amiguito que prácticamente es sólo su amiguito en internet.

Cada vez que estos dos amiguitos virtuales intentan socializar en el mundo real, todo fracasa. El mundo se viene abajo. Intercambian un par de frases, un par de chistes, talvez alguna risita nerviosa. Pero por lo general, guardan incómodo silencio. Y se distancian. Trágica historia. Tal vez poco a poco vayan tomando confianza; tal vez poco a poco puedan superar la barrera de NO tener una pantalla que se interponga entre ellos, y ser más... naturales. Por decirlo de alguna manera.

Internet. Para hacer amigos.

Wednesday, August 10, 2005

Enanitos Naranjas



Oompa Loompa Doompa Dee-Do, I have got a perfect puzzle for you.

No digan nada, sé mejor que ustedes que soy sordo, pero al ver las letras de películas que me gustan, simplemente se me quedan grabadas en la cabeza. Ya llevo días repitiendo en mi cabeza constantemente: "oompa loompa doompa dee dee, if you're wise you'll listen to me..."

Malditos enanitos. A raíz de la reciente fiebre desatada por la nueva película de Burton, decidí embarcarme en la nostalgia viendo Willy Wonka y La Fábrica de Chocolates, película que no veía desde mi más tierna infancia.

No sé porqué será... tal vez porque todos los niños son idiotas y yo no era la excepción, tal vez porque los infantes son más sádicos que lo que jamás conseguirán ser los adultos, más malvados o más mezquinos, o tal vez simplemente yo era muy inocente, pero no me había dado cuenta entonces que esta película, cuna de hermosos recuerdos de nuestras infancias (y los tiempos mozos de nuestros padres) debe ser la obra del mismísimo Satanás.

Parece mentira que en la actualidad el Papa y diferentes organismos religiosos declaren obra del Anticristo idioteces tan insustanciales como Pokémon, Harry Potter y los Teletubbies... (aunque pensándolo bien, los Teletubbies.... mmmm... tienen razón con los Teletubbies), bueno, en fin, decía, que condenen esas estupideces y no digan nada de los tiempos de antaño, con películas como la citada primariamente. Hermosa la escena del túnel. Hermoso ver una serpiente sobre la cara de una persona. Hermoso ver la decapitación de una gallina. Elementos dignos de poner en una película para niños.

Y un final memorable. Willy Wonka diciéndole a Charlie:

- ¿Sabes qué le pasó al hombre que consiguió siempre lo que quería?
- No! Qué?
- Vivió feliz para siempre.

Hermosas palabras. Veruca, Augustus, Violet, Mike, escucharon eso?



"I want it now!"

Tuesday, August 09, 2005

Cosas de sordos



No, no es un Mp3 player. De hecho, la gente que usa estas cosas horrendas generalmente no pueden oír mp3's.

Yo los usaba mucho cuando niño. Ahora, los que tengo hace más de dos años que no funcionan, de modo que sólo me los pongo para manejar, porque debo usarlos. Eso dice mi licencia. Qué importa que no funcionen. Los oficiales de tránsito no tienen modo de saberlo.

Hace muchos años, al mejor estilo de las viejas iMacs de colores, alguna empresa cualquiera sacó una serie de audífonos para sordos de colores. Fue tal el éxito de los mismos que los niños sordos que paseaban por las escuelas con un par de estos modelos eran la envidia de los demás niños.

"Papi, quiero uno de esos aparatitos de colores."
"Cuáles?"
"De ésos que se guindan de las orejas, como los que usa Pablito, el que no oye."

Los niños son idiotas. Y hay padres más idiotas aún, porque algunos incluso llegaron a comprarle a sus hijos de estos audífonos. Para que se hagan una idea, hoy día, unos audífonos nuevos, regularcillos, valen entre 600 y 800 dólares. Cuánto valdrían hace más de diez años?

Recuerdo aquella clase en primaria, aunque no recuerdo en qué grado. Primero, supongo. La profesora nos introdujo al maravilloso mundo de los sentidos.

"Todos tenemos cinco sentidos", recuerdo que dijo.

Yo no dije nada...

Ahora, en la universidad, a cada rato me preguntan: "Tienes tarjeta para llamar?"

Yo simplemente contesto que no. La mayor parte de las veces ni se dan cuenta de lo que dicen.

Mi mamá un par de veces me ha pedido que le haga el favor de llamar a alguien por teléfono. Pasa todo el rato hasta que le tengo que decir que se acuerde que no puedo. A ella se le olvida totalmente.

En el super de mi mamá, este cuadro es muy normal:

Cliente: "Holademeunpaquetedemalboroláityunencendedorpequeño"
Yo: "Qué?"
Cliente:"Unpaquetedemalboroláityunencendedorpequeño!"
Yo: "Señor, hábleme un poco más lento, que soy sordo."

Entonces el cliente, si no es un idiota, me habla un poco más pausado, y sin problema le vendo los cigarros y el fuego.

Pero la mayoría de los clientes son idiotas. Generalmente su reacción es una de estas tres:

1. Le piden ayuda a otro empleado del super. Maldito loser. Odio la gente que no sabe manejar situaciones fuera de lo común.

2. Me lo grita a todo pulmón. Maldito imbécil. No me grite, no entiende que soy sordo?

3. Gesticula ridículamente, y hablando tan lento que cuando termina una palabra ya se me olvidó la anterior. Maldito soberbio. Dije que soy sordo, no retardado.

Oh, la humanidad.